Gimnástica Segoviana

Gimnástica Segoviana

martes, 15 de abril de 2014

Cómo te puede cambiar la vida el Multimillonario de Zara

La verdad es que el título seguramente llame bastante la atención. A mi me lo llamaría.
Todo comenzó por principios de Enero, en el instituto. Un día cualquiera un profesor del instituto nos fue clase por clase, hablando de una reunión con algo relacionado a viajes a Canadá. Allí me planté, perdiendo un recreo, pero pensando que sería buena información.
Habló por una parte de un intercambio que llevaba la Junta de CyL con Alberta, que costaba unos 2.000Euros, y al que yo veía incovenientes como perder clase en España y tener que realizar posteriormente los exámenes aquí. Tampoco me veía capacitado logísticamente en casa para acoger a un estudiante canadiense 3 meses aquí. Pasé olímpicamente de esta oferta, pero al acabar la reunión, salió a relucir la “famosa” beca de Amancio Ortega. Sonaba muy apetecible. Todo pagado, un año fuera, las mejores facilidades, convalidaciones totales de cursos… Y allá que fui, en una semana ya tenía todos los papeles echados, y la solicitud electrónica realizada.
Realmente me parecía que la renta de la casa podría serme un impedimento, pero finalmente no lo fue. Muchísima gente me tacha de soberbio, de creerme algo más, pero realmente muy pocas veces, se pueden contar con los dedos de la mano, he dudado de mi. Y todo este proceso no sería diferente, nunca dejé de creer en mi, de creer que en mi había un futuro Segoviano por Canadá.
Estando en Biología, una compañera a la que seleccionaron, nos dijo a los 4 de mi instituto que habíamos pasado la primera criba. Todo perfecto, a mi modo de parecer la prueba más difícil estaba superada. Lo siguiente era el examen escrito.
Realmente tuve en mente todo el proceso que lo acabaría pasando, y por lo tanto se convirtió en una especie de angustia real confirmar si me iba o no. El fútbol siempre lo ha sido todo para mi. Es imposible para mi imaginarme 10 meses sin un balón en las manos y el escudo de la Segoviana en el pecho, pero me veía capacitado para ser de los 100 becados.
Fui a Valladolid a hacer el examen convencido de que lo pasaría, aunque una parte de mi cuerpo se habría quedado aliviada si no hubiera pasado el examen. Me habría quedado aquí, jugando al fútbol contento y viviendo mi vida rutinaria. Al llegar allí, he de decir que vi demasiada gente, y luego pensé en que eso habría pasado en cada capital, mucha gente, realmente eramos 600. El pensamiento era claro: “Demostrar quien soy y qué he venido a hacer aquí”. Allí no me puse nervioso en ningún momento. Había gente con ataques de nervios, otros repasando inglés a última hora. Recuerdo perfectamente a Jaime SuperStar en aquella sala, con una sudadera con el mismo diseño que la mía, y en lo único que se diferenciaban era que la mía venía de Cambridge y la suya de alguna ciudad escocesa creo recordar( me la jugaría a Edinbourgh). Y allí entramos, creo que la Sala se llamaba Tordesillas. Camino a Tordesillas fuimos, como los Comuneros hace 500 años. Creo sinceramente que lo que hizo que superara el examen fue la segunda parte, la escrita. El Listening fue bien, era muy fácil, pero también hay que tener en cuenta que ahí no falló absolutamente nadie. La diferencia había que marcarla en la segunda parte, y ahí fue marcada. En las primeras frases busqué poner realmente lo que me venía a la cabeza en ese momento, como pedía el ejercicio. Creo que la que puse fue la que mejor me definía: “I’m happy when…” y la completé con un “I’m happy when… I win”. El último párrafo que hice me gustaría haberlo guardado para siempre. Lo recuerdo perfectamente. Trataba de lo difícil que es ser un artista, de lo difícil que es ser diferente al resto. Al fin y al cabo considero que todo lo que hacemos podría ser calificado como arte, desde el fútbol hasta un examen, y nosotros como meros artistas. Recuerdo que terminé el examen con un: “What is ife without risks?”. Salí contento, confiando más aún en mi mismo, pero con los pies en la tierra.
Las siguientes semanas entre el viaje de pesca a Badajoz y más historias, realmente ni me acordé de la Beca ni de la publicación de las nuevas listas hasta horas antes. Ya en clase de Matemáticas,  Ainhoa nos dijo a Elena y a mi que si, que estábamos en la lista de los 300 afortunados.
Ya la euforia creo que se apoderó de mi, y realmente fue cuando me percaté que si finalmente pasaba el examen oral no dudaría ni un segundo de aceptarla. Aún así creo que tenía mucha presión encima, quizá demasiada. Noté que había gente que realmente temía que intentara hacer la prueba mal para quedarme y poder jugar al fútbol. También había gente que tenía ya pensado que pasaría, y no pasar sería una decepcionante sorpresa.
El tema estaba claro que debía ser algo diferente. No quería hablar de la reproducción por soros de los helechos del Amazonas. La idea era hablar de algo con pasión, y …¿que mejor pasión que el fútbol? Allá fuimos, a componer mi exposición que se titulaba: “A Goalkeeper Feelings”. Tras varios repasos con la profesora y recitar mi exposición un millar de veces, afronté aquel viernes 21 con más ganas que nunca.
Lo hice en casa de Cachi, gracias si me lees, porque su conexión no dejaba nada que desear. Allí si que estuve nervioso, realmente me di cuenta que me quedaba un pasito para alcanzar la cumbre de la gloria. Durante la exposición realmente me dio tiempo a disfrutar, a hacerlo tranquilo y con seguridad, que era lo que realmente quería transmitir. Concluí todo con un: “Being in my goal, with my goalkeeper gloves, is like being at a perfect paradise”. Tras las preguntas que me hicieron, creo que les quedó claro que era una persona calmada, con seguridad y muy, pero que muy deportista.
Quedaba esperar. Esa semana si que realmente me costaba no pensarlo. El derbi contra el Unami del domingo me ayudó mucho a olvidarlo a ratos. Menos mal que luego ganamos, si no habría sido un gran bajón anímico.
Llegó el viernes. El deseado viernes. El viernes que podía cambiar todo. Clase de inglés, parecía aquello una fiesta anticipada. Llegaron las doce y Elena y yo nos acercamos al ordenador, impacientes por ver la lista que cambiaría nuestras vidas. He de admitir que jamás, ni siquiera jugando algún partido importante, me había puesto tan nervioso. Pasa eso del miedo escénico, de pensar: ¿y que pasa si mi nombre no está en esa lista?. Quizá fueron 60 segundos pensando eso. Pero menudos 60 segundos interminables, hasta que salió la legendaria lista. Ahí estaba mi nombre y el de Enea.  Puño al cielo, grito de VAMOS, y abrazos para Elena y para mi. Dos alumnos de una misma clase entre 100 seleccionados de una misma clase. Esas 3 horas restantes de instituto fueron una auténtica fiesta. Manteos en pasillos, aplausos y ovaciones a cada paso, un hervidero de emociones que harían sonreír a cualquiera.


En esos momentos te das cuenta de que si, de que realmente LA VIDA PUEDE SER MARAVILLOSA.

3 comentarios:

  1. Alvarito, Alvarito, el Rey de las Migrañas...
    Sé que he tardado mucho en pasarme por aquí, pero bah, más vale tarde que nunca.
    Bueno, que no sé que escribirte, que me encantas, y que no para todo el mundo fue fácil el examen... ( soy tonta, lo sé )
    Im happy... I´m happy when I´m not sad, porque los de Jerez somos así de guays y tenemos una lógica aplastante.

    Me alegra mucho vivir esta aventura contigo :)
    ¡Un beso!

    Lydia

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    Respuestas
    1. Claro que los de Jerez sois más guays, más guays que los de Córdoba por ejemplo...

      Aunque con Segovia no te puedes ni comparar amiga Lydia...

      Un besazo!

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  2. Hola buenas! Este año he presentado una solicitud para esas becas también. En inglés saco nueves, pero aun así yo creo que mi nivel de inglés no es muy alto. Me gustaría que me dijeses si el examen escrito fue difícil y algún tema que se te ocurra para la exposición oral, porque yo no tengo ni idea. Gracias!

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