Gimnástica Segoviana

Gimnástica Segoviana

jueves, 17 de abril de 2014

El príncipe que corriendo se convirtió en Rey

El partido empezaba con una jugada típica cuando te dispones a jugar contra el Barcelona. Un pequeño toque de cadera a un jugador blaugrana y tarjeta. Tarjeta para Isco, que a todos nos hizo recordar esos momentos fatídicos contra el Barcelona. Los primeros minutos fueron puro baile. Modric, Isco, Bale, Di Maria y Benzema llevaron la batuta del juego, y así llegó el primer gol. Contrataque de trenzas, como en baloncesto, que acaba con asistencia de Karim a la media vuelta para que Di Maria corra y vuelva a correr. 0-1, primeros minutos. ¿Qué más se podía pedir?.“Nosotros somos de rock and roll. Pum. Tralla y que pasen cosas”, dijo un día Xabi en una entrevista. Y así fue. Que se joda el tiqui-taca.
En un encontronazo Coentrao hizo el mayor esfuerzo de su vida: aguantar el puño para no estampar la cabeza de  Neymar contra un bordillo . Neymar, ese "gran" jugador que su máximo expresión futbolística es verle por los suelos tras uno de sus fulminantes desmayos. Ahí Fabio aguantó como un caballero, y todos fuimos Coentrao. 

El repliegue voluntario a partir del minuto 20 fue para guardarlo y estudiarlo. Línea defensiva adelantada con laterales cerrados bien, con una línea de cuatro delante con Di Maria, Modric, Xabi e Isco, y Bale y Benzema libres arriba, a ver qué cazaban. Todo esto resultó en que el único tiro catalán en la primera parte fue un remate tímido del lateral izquierdo de cabeza. El mejor equipo de la historia según ustedes contra las cuerdas.

Llegó la segunda parte, y con ella llegaron todas las ocasiones falladas. Otra vez, otra vez con opciones de matar el partido, dejamos al Barcelona con vida. Un déjà-vu. Ellos se vinieron encima, como animal herido, y en jugada aislada, Bartra(el mejor de la cancha vestido de azulgrana) remató con un cabezazo impecable un corner. Volvían los fantasmas, y más aún habiendo fallado lo infallable.

Pero la noche era blanca. Balón robado a la izquierda de nuestro área, y sacado por Isco y Coentrao con unos toques de calidad. Balón al hueco a Bale, el resto es historia. Se echó el balón más largo aún, y lo sacaron del campo. Pero volvió. Volvió y corrió. Y corrió más. Carrera para la historia. Carrera de aquel jugador que tenía una hernia y se debía retirar del fútbol. Carrera del jugador de los 100M. Carrera del madridismo hacia la gloria.

Eso es el Madrid, una fe inquebrantable en correr más que tu rival, en ganar. Y Bale lo ha entendido ya.


Qué bonito es y será siempre ver a 11 tíos con el escudo del Real Madrid en el pecho ganar un trofeo. Campeones de Copa. Y ahora, a soñar.


martes, 15 de abril de 2014

Cómo te puede cambiar la vida el Multimillonario de Zara

La verdad es que el título seguramente llame bastante la atención. A mi me lo llamaría.
Todo comenzó por principios de Enero, en el instituto. Un día cualquiera un profesor del instituto nos fue clase por clase, hablando de una reunión con algo relacionado a viajes a Canadá. Allí me planté, perdiendo un recreo, pero pensando que sería buena información.
Habló por una parte de un intercambio que llevaba la Junta de CyL con Alberta, que costaba unos 2.000Euros, y al que yo veía incovenientes como perder clase en España y tener que realizar posteriormente los exámenes aquí. Tampoco me veía capacitado logísticamente en casa para acoger a un estudiante canadiense 3 meses aquí. Pasé olímpicamente de esta oferta, pero al acabar la reunión, salió a relucir la “famosa” beca de Amancio Ortega. Sonaba muy apetecible. Todo pagado, un año fuera, las mejores facilidades, convalidaciones totales de cursos… Y allá que fui, en una semana ya tenía todos los papeles echados, y la solicitud electrónica realizada.
Realmente me parecía que la renta de la casa podría serme un impedimento, pero finalmente no lo fue. Muchísima gente me tacha de soberbio, de creerme algo más, pero realmente muy pocas veces, se pueden contar con los dedos de la mano, he dudado de mi. Y todo este proceso no sería diferente, nunca dejé de creer en mi, de creer que en mi había un futuro Segoviano por Canadá.
Estando en Biología, una compañera a la que seleccionaron, nos dijo a los 4 de mi instituto que habíamos pasado la primera criba. Todo perfecto, a mi modo de parecer la prueba más difícil estaba superada. Lo siguiente era el examen escrito.
Realmente tuve en mente todo el proceso que lo acabaría pasando, y por lo tanto se convirtió en una especie de angustia real confirmar si me iba o no. El fútbol siempre lo ha sido todo para mi. Es imposible para mi imaginarme 10 meses sin un balón en las manos y el escudo de la Segoviana en el pecho, pero me veía capacitado para ser de los 100 becados.
Fui a Valladolid a hacer el examen convencido de que lo pasaría, aunque una parte de mi cuerpo se habría quedado aliviada si no hubiera pasado el examen. Me habría quedado aquí, jugando al fútbol contento y viviendo mi vida rutinaria. Al llegar allí, he de decir que vi demasiada gente, y luego pensé en que eso habría pasado en cada capital, mucha gente, realmente eramos 600. El pensamiento era claro: “Demostrar quien soy y qué he venido a hacer aquí”. Allí no me puse nervioso en ningún momento. Había gente con ataques de nervios, otros repasando inglés a última hora. Recuerdo perfectamente a Jaime SuperStar en aquella sala, con una sudadera con el mismo diseño que la mía, y en lo único que se diferenciaban era que la mía venía de Cambridge y la suya de alguna ciudad escocesa creo recordar( me la jugaría a Edinbourgh). Y allí entramos, creo que la Sala se llamaba Tordesillas. Camino a Tordesillas fuimos, como los Comuneros hace 500 años. Creo sinceramente que lo que hizo que superara el examen fue la segunda parte, la escrita. El Listening fue bien, era muy fácil, pero también hay que tener en cuenta que ahí no falló absolutamente nadie. La diferencia había que marcarla en la segunda parte, y ahí fue marcada. En las primeras frases busqué poner realmente lo que me venía a la cabeza en ese momento, como pedía el ejercicio. Creo que la que puse fue la que mejor me definía: “I’m happy when…” y la completé con un “I’m happy when… I win”. El último párrafo que hice me gustaría haberlo guardado para siempre. Lo recuerdo perfectamente. Trataba de lo difícil que es ser un artista, de lo difícil que es ser diferente al resto. Al fin y al cabo considero que todo lo que hacemos podría ser calificado como arte, desde el fútbol hasta un examen, y nosotros como meros artistas. Recuerdo que terminé el examen con un: “What is ife without risks?”. Salí contento, confiando más aún en mi mismo, pero con los pies en la tierra.
Las siguientes semanas entre el viaje de pesca a Badajoz y más historias, realmente ni me acordé de la Beca ni de la publicación de las nuevas listas hasta horas antes. Ya en clase de Matemáticas,  Ainhoa nos dijo a Elena y a mi que si, que estábamos en la lista de los 300 afortunados.
Ya la euforia creo que se apoderó de mi, y realmente fue cuando me percaté que si finalmente pasaba el examen oral no dudaría ni un segundo de aceptarla. Aún así creo que tenía mucha presión encima, quizá demasiada. Noté que había gente que realmente temía que intentara hacer la prueba mal para quedarme y poder jugar al fútbol. También había gente que tenía ya pensado que pasaría, y no pasar sería una decepcionante sorpresa.
El tema estaba claro que debía ser algo diferente. No quería hablar de la reproducción por soros de los helechos del Amazonas. La idea era hablar de algo con pasión, y …¿que mejor pasión que el fútbol? Allá fuimos, a componer mi exposición que se titulaba: “A Goalkeeper Feelings”. Tras varios repasos con la profesora y recitar mi exposición un millar de veces, afronté aquel viernes 21 con más ganas que nunca.
Lo hice en casa de Cachi, gracias si me lees, porque su conexión no dejaba nada que desear. Allí si que estuve nervioso, realmente me di cuenta que me quedaba un pasito para alcanzar la cumbre de la gloria. Durante la exposición realmente me dio tiempo a disfrutar, a hacerlo tranquilo y con seguridad, que era lo que realmente quería transmitir. Concluí todo con un: “Being in my goal, with my goalkeeper gloves, is like being at a perfect paradise”. Tras las preguntas que me hicieron, creo que les quedó claro que era una persona calmada, con seguridad y muy, pero que muy deportista.
Quedaba esperar. Esa semana si que realmente me costaba no pensarlo. El derbi contra el Unami del domingo me ayudó mucho a olvidarlo a ratos. Menos mal que luego ganamos, si no habría sido un gran bajón anímico.
Llegó el viernes. El deseado viernes. El viernes que podía cambiar todo. Clase de inglés, parecía aquello una fiesta anticipada. Llegaron las doce y Elena y yo nos acercamos al ordenador, impacientes por ver la lista que cambiaría nuestras vidas. He de admitir que jamás, ni siquiera jugando algún partido importante, me había puesto tan nervioso. Pasa eso del miedo escénico, de pensar: ¿y que pasa si mi nombre no está en esa lista?. Quizá fueron 60 segundos pensando eso. Pero menudos 60 segundos interminables, hasta que salió la legendaria lista. Ahí estaba mi nombre y el de Enea.  Puño al cielo, grito de VAMOS, y abrazos para Elena y para mi. Dos alumnos de una misma clase entre 100 seleccionados de una misma clase. Esas 3 horas restantes de instituto fueron una auténtica fiesta. Manteos en pasillos, aplausos y ovaciones a cada paso, un hervidero de emociones que harían sonreír a cualquiera.


En esos momentos te das cuenta de que si, de que realmente LA VIDA PUEDE SER MARAVILLOSA.

Re-Comienzo del Blog

La verdad es que siempre he querido tener un blog. Es de esas cosas que quieres hacer alguna vez en tu vida, pero ya sea por vaguería, por falta de tiempo, o por el duendecillo de los cereales, nunca he llegado a darle la continuidad que siempre he querido a mi deseado blog.
Realmente espero que esta sea la definitiva, que sea ya la vez que consiga publicar de forma periódica, y no una vez al año como en los otros tantos intentos.
Esta es la primera entrada del nuevo blog. Realmente espero que no sean tan sosas como esta, y para ello pondré todo mi empeño en las siguientes entradas.

Cómo una simple hormiga lo consiguió (II)

Solía llover por aquellas tierras, los habitantes de por allí estaban acostumbrados, y el agua formaba parte de su vida diaria. Para las hormigas era igual. Todas las mañanas, acompañadas del rocío matinal y de los primeros rayos de nuestra estrella, asomaban una a una por el hormiguero, en busca de comida en expediciones de más de un día de duración. En el bloque Gamma se encontraban las exploradoras, las que iban de avanzadilla en las salidas, buscaban caminos y cualquier útil para la colonia. Al encontrar comida, material o alguna otra cosa, un emisario retrocedía unos pocos metros para avisar a las compañeras  que cargaban el peso para  llevar el objeto al hormiguero. Una de las exploradoras era Anhir. Aquella hormiga nacida unos años atrás, estaba hecha adulto, y de las mejores obreras de todo su escuadrón, dotada de gran valentía y honor.
Aquella mañana, 18 de Marzo, se siguió el mismo procedimiento que había llevado a esa colonia a ser la más productiva de todo el bosque. Allí salió Anhir, la hormiga más aventurera, encabezando la escaramuza. Pasaron tejoneras, guaridas de culebras, y llegaron al Gran Desfiladero. Las exploradoras lo cruzaron con gran dificultad, y las que cargarian con el botín esperaron a la entrada, aguardando el momento de entrar en acción. Pasados unos metros del otro lado del desfiladero, recibieron el olor de un cadáver de mariposa muerto, que encontraron al desviarse con astucia por un camino angosto. Al llegar allí, mientras las demás lo ataban para hacer más fácil el trabajo a sus compañeras, Anhir fue en su búsqueda. Siguió el camino que les llevó al cadáver, pero para llegar al desfiladero y su colonia era preciso tomar el desvio de la izquierda, y ella, despistada, tomó el de la derecha y siguió caminando y caminando, convencida de que detrás de cada tortuosa curva aparecería el Desfiladero, donde aguardaba el otro escuadrón. Se equivocaba, estaba tomando el camino a la mayor aventura de su vida

Cómo una simple hormiga lo consiguió (29 Mayo 2013)

La lluvia caía sobre el blando suelo del Bosque de los Perdidos, allí donde no llegaba la civilización humana, allí donde el paisaje era virgen y puro, y las flores eran olidas por todos los habitantes de ese esplendoroso área. La noche era húmeda, con fuertes y violentas ráfagas de viento. Se oía el chapoteo de las dulces gotas de agua en los charcos, y de fondo, un aullido de lobo que bañaba todo el Valle Restagor de tensión y alerta.  Se veían, no demasiado lejos, grandes rayos que rompían con fuerza en los árboles que formaban aquel paraíso.
Sobre la gran capa de hierbas secas, un aquelarre de meigas, como cada noche de luna llena, hacia borbotear un pesado recipiente repleto de restos descompuestos de lagartos, serpientes; quizá habría también algún pequeño resto humano. Pero lo realmente destacable de aquella extraña noche, ocurrió bajo tierra, a unos metros, bajo los pies de aquellas horribles encarnaciones del mal.
(CONTINUARÁ)
Allí abajo, dentro del hormiguero, junto a otra infinidad de huevos, en la sala preparada por las obreras para este preciso objetivo,  uno de ellos empezó a contonear, con movimientos hacia un lado y otro, como si la criatura que lo habitaba quisiera escapar de aquella cárcel que le había visto crecer y le había cobijado. Tras más de 12 minutos luchando por romper aquella barrera, esa pequeña hormiga consiguió algo que más de un huevo, y más de dos, nunca consiguieron: Eclosionar y dar vida a un nuevo ser. Allí estaba, casi sin mover las piernas, con dificultades para llenar sus tubos traqueales de aire puro dentro de aquellas paredes formadas por barro húmedo, y que habían visto nacer a más de 8 generaciones de aquella colonia de hormigas, la colonia Egrethor . Allí yacía, tumbada, cansada de aquel esfuerzo que la había traído del limbo a la vida,  Anhir, la nueva hormiga, la número 22.072 . Un número que jamás nadie, en todo el bosque de Los Perdidos, quizá en toda Galicia, podrá olvidar

Memorias de una Derrota( 20 Mayo 2013)

El equipo venía de un partido en tierras briqueras, un 1-2, un resultado perfecto. Los goles allí los realizaron Daniel Salas, tras una volea desde la frontal fruto de una jugada personal; y el segundo fue obra de Daniel Abad, en un contraataque que resolvió el ariete con un disparo raso al segundo palo.
Tocaba la vuelta, tocaba rematar la faena. Estando calentando, ya llegaron los jugadores azulones, que venían concienciados en sus posibilidades, con ganas de remontar una eliminatoria contra un equipo que les dió un baño en la ida.
Tras los oportunos ejercicios de calentamiento, y las respectivas charlas técnicas, los dos equipos salieron al campo. El equipo gimnástico realizó su habitual grito, lleno de rabia y concentración: JUGAR, GANAR, LUCHAR HASTA EL FINAL. La Segoviana jugó con Velasco en portería, Comino y Ruano en los laterales, Julio e Isma en el centro de la zaga rememorando los buenos tiempos, en el medio jugaron Damián y Juan, por las bandas corrieron Salas y Adrián, y arriba salieron Dani Abad y Cesar Jumper. Todo pintaba que era el día, en día de dar un golpe en la mesa.
En la primera jugada, su mayor peligro, un jugador alto, corpulento y fuerte, que habitualmente juega en la zaga, salió en punta, con el único fin de aguantar balones largos. Cada jugada era una lucha, una pelea, una batalla que había que ganar. Cada balón importaba.
En una jugada de combinación en tres cuartos de campo, un pase fue filtrado a César, que se plantó frente al portero, y abrió el balón a Dani Abad, que, a mercer, anotó el 1-0. Todo parecía rosa, que sería un gran día.
Alrededor del minuto 25, ellos comenzaron a practicar un fútbol duro, constante y con mucha pelea, en la que en cada pelea individual ganaban a los jugadores gimnásticos. En un primer córner, un jugador al segundo palo dejó el balón dentro del área pequeña, en la que remató un jugador azulón, pero Velasco desvió en una buena intervención a córner.
En el córner concedido por aquella parada, un centro al segundo palo, propició que el número 8 consiguiera rematar, precedido de un flojo marcaje, sin tensión, y una mala salida del portero. 1-1. Comenzó el declive.
En el siguiente minuto, otro córner, con muchos parecidos al anterior, como remate al segundo palo, les dió la gloria. El 1-2, con su moral por las nubes y la segoviana rozando el Averno. Siguieron luchando, peleando, y tras varias buenas defensas los segovianos aguantaron entre rechaces y buenas intervenciones llegar al descanso con la eliminatoria equilibrada.
Nada más salir del descanso, una cabalgada de un jugador briquero por la banda derecha, acabó en un pase de la muerte que consiguió poner el 1-3 en el marcador. Los jugadores azules no cabían en sí mismos, mientras que los segovianos no llegaron a recuperarse del golpe.
Tras varias ocasiones falladas, otras varias paradas de forma admirable por el portero, se llegó al final. El fin de la temporada. Una despedida triste. Un nudo en la garganta. Los jugadores no levantaban la cabeza del suelo, tapados con la equipación, conteniendo la impotencia que surge al perder de una forma tan cruel, por pequeños detalles.
Las caras en el vestuario fueron un poema. Más de 15 minutos sin hablar nadie. No se oía nada. Todos repasaban cada jugada, en la que mentalmente pensaban si pudieron haber hecho más. Solo se escuchaba levemente los respiros agitados de un llanto que significaba haber sido eliminados de la Copa que era el objetivo de la temporada.
Sólo queda pensar que el año que viene es una oportunidad para volver a ser grandes, para demostrar todo lo que aquel sábado no se vió. Se luchará, siempre se luchará. SEGUIREMOS SONRIENDO SEGO